Proyectar el video de Canal Encuentro sobre Roberto Arlt y Ricardo Güiraldes y tomar nota de sus conceptos más importantes.
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En los años 20, la ciudad y el campo son dos culturas que dialogan y por momentos se enfrentan en el interior de la literatura Argentina. Los exponentes más notorios de esa discusión, que es política y también artística son Ricardo Güiraldes y Roberto Arlt.
Güiraldes cierra con la larga tradición de la literatura
gauchesca, mientras que Arlt comienza una tradición nueva la de la
novela urbana. En la mirada de estos dos autores se recrea una de las
grandes dicotomías nacionales, el cruce
entre la ciudad y el campo.
1926 es un año único en la historia de la literatura
argentina, se publican “Don Segundo Sombra” de Ricardo Güiraldes y “El juguete
rabioso” de Roberto Arlt. Son libros que surgen de mundos diferentes.
“Don Segundo Sombra”, viene de las grandes extensiones de la
pampa, en las que el joven narrador y protagonista Fabio Cáceres y Sombra su
maestro gaucho, trasladan ganado y apuestan en riñas y cuadredas hasta que
Cáceres se convierte en heredero, se separa de sombra y escribe sus memorias
que terminan en una frase legendaria: “me fui como quien se desangra”.
“El juguete rabioso”, en cambio, tiene como escenario la
ciudad, y su historia es la de Silvio Astier, un joven marginal que sueña con
herencias millonarias, viajes a Europa y un invento que lo convierta en una
celebridad como Edison. Pero su realidad es más modesta, se involucra en
algunos delitos, consigue trabajos mal pagos que no puede mantener, vive en
pensiones que no puede pagar, intenta suicidarse y finalmente comete una
traición incomprensible al delatar a su amigo el rengo con quien había planeado
un asalto.
Estos libros hablan de dos miradas enfrentas en términos de
escritura, pero en la realidad ambos autores fueron dos personalidades
cercanas, tenían una gran amistad (Arlt
era secretario de Güiraldes) que se basaba en el afecto y la admiración mutua,
pero esto no impidió que se manifestaran las grandes diferencias sobre el origen
social y los pensamientos de cada uno acerca de como la literatura debía representar
la realidad de la época.
Sus diferencias también aparecen en la geografía y en los
escenarios que suceden sus historias. Arlt recrea y hasta inventa el rumor
urbano de los barrios más modestos de Buenos Aires poblado de inmigrantes y
acentos extranjeros. Güiraldes en
cambio mira hacia atrás en dónde puede ver la inmensidad y la riqueza de la
pampa.
La escritura de Arlt puede ser considerada incorrecta para
la época en que se publicó. Su estilo va contra el concepto de belleza y
armonía que imperaba en los años 20 del siglo pasado. Y se manifiesta a favor
de una rebelión formal que es la base de la literatura moderna.
Los personajes de Arlt se debaten entre la miseria de su
origen y el deseo del ascenso social que pocas veces se logra sin una traición.
En esa decisión anterior a cumplir o no cumplir ese deseo se concentra el drama
Arltiano o se cambia de clase de golpe por medio del batacazo individual o el
delito o se tiene una conciencia de clase, basada en el sufrimiento y en la
espera. Los seres de Ricardo Güiraldes
en cambio son más bien ideas, sin
demasiada realidad, la pampa para Güiraldes es un paisaje, pero sobre todo un
tipo de bien patrimonial cuyo origen no se discute. Pero detrás de sus modelos, sé agita de una manera más violenta las causas de sus economías. Ese es el verdadero escenario
en el que se enfrentan aún a la distancia el conventillo y el casco de la
estancia, la precariedad laboral y la herencia. A diferencia de “Don Segundo
Sombra” que fue un personaje basado en la vida real de un gaucho arriero, Silvio
Astier es un personaje netamente ficcional,
pero su invención se inspira en las clases populares que habitaban las
grandes urbes en las primeras décadas del siglo XX.
En el mismo año que estos autores publican sus historias,
aparece otro autor que revela otro mundo. Los cuentos de Horacio Quiroga,
publicados en “Los Desterrados” en 1926 se desvían de la discusión que la
literatura de la época sostiene mediante las descripciones de la vida en la
ciudad y en el campo. La geografía de Quiroga es la selva misionera y sus
asuntos son los peligros de la naturaleza.
En “Don Segundo Sombra” se inspira en lugares y personajes
que el conocía los paisanos que trabajan en la Porteña, con lo que el aprende
la tareas rurales y se dedica a describir los ambientes del campo. Es el último
libro en donde la pampa argentina puede verse como un lugar idílico y casi
virgen, a salvo de una nueva civilización. En cambio, “El juguete rabioso” es
un libro que anuncia la llegada de los años 30 y sus novedades urbanas, la
desocupación, la marginalidad y la explotación laboral. Es un libro futurista
que sueña con el progreso personal y tecnológico mientras describe el retroceso
social de una época que está llegando y de algún modo se muda del campo a la
ciudad.
Las “Aguasfuertes porteñas”
son casi un ejercicio de oralidad, la lengua en Arlt es un idioma
formado por las lecturas de la literatura por lo general mal traducida y el eco
de las lenguas extranjeras que se habían comenzado a hablar en Bs As. La Lengua
de Güiraldes, en cambio, es la de un español clásico, bien escrito mezclado con
el español oral que se oye en el campo argentino de 1920. Güiraldes y Artl
dejan las marcas de su lugar de procedencia en el modo en el cual escriben
y producen una literatura. De ahí es que
sean dos literaturas tan diferentes.
A su modo, quizás Arlt y Güiraldes hayan estados unidos por
un mismo proyecto literario que consistía en descubrir la cultura y los
habitantes de su entorno y darles la voz que aún no se les había dado.
La literatura argentina produjo en 1926 dos libros que nos
hablan de un pasado rural que no volverá a aparecer y de un futuro social urbano
que ya llegó hace tiempo. Es nuestro presente.